Los efectos del embargo fueron inmediatos. La OPEP obligó a las compañías petroleras a aumentar los precios de forma drástica. El precio del petróleo se cuadruplicó desde 1974 hasta llegar casi a los 12 dólares por barril (75 dólares/m³).
Los países de Oriente Medio, que habían estado dominados por las potencias industriales durante mucho tiempo, acababan de tomar el control de un producto básico. El flujo de capital se invirtió y los países exportadores de petróleo comenzaron a acumular una enorme riqueza. Algunos de los ingresos fueron distribuidos entre otros países subdesarrollados, cuyas economías habían quedado atrapadas entre el aumento del precio del petróleo y una disminución del precio de sus propias exportaciones de productos básicos y materias primas, a causa de la reducción de la demanda occidental. Además, gran parte de estos flujos de capital se gastaron en compras masivas de armas que exacerbaban tensiones políticas, en particular en Oriente Medio. Los estados miembros de la OPEP, en vías de desarrollo, comenzaron a nacionalizar sus empresas petrolíferas. En particular, los saudíes habían adquirido el control de Aramco, plenamente nacionalizada en 1980 bajo el gobierno de Ahmed Zaki Yamani. Debido a que otros miembros de OPEP siguieron su ejemplo, los ingresos del cartel se dispararon. Arabia Saudí, inundada de beneficios, realizó una serie de ambiciosos planes quinquenales de desarrollo, de los cuales el más ambicioso, que comenzó en 1980, preveía una inversión pública de 250 mil millones de dólares. Otros miembros del cártel también comprometieron importantes programas de desarrollo económico. Al mismo tiempo, el caos se había adueñado de Occidente. En Estados Unidos, el precio de venta al público de un galón de gasolina pasó de un promedio de 38,5 céntavos en mayo de 1973 a 55,1 centavos en junio de 1974. Mientras tanto, la Bolsa de Nueva York perdía 97 mil millones de dólares de su valor en seis semanas. Con el inicio del embargo, las importaciones petrolíferas de EEUU procedentes de los países árabes se redujeron desde los 1,2 millones de barriles (190000 m³) diarios hasta los 19000 barriles (3000 m³). El consumo diario disminuyó en un 6,1% entre septiembre y febrero, y un 7% durante el verano de 1974, cuando Estados Unidos sufrió el primer período de escasez de combustible desde la Segunda Guerra Mundial. Debido a la interdependencia mundial a nivel social y económico, los países industrializados importadores de petróleo no comunistas asistieron a una repentina inflación y una recesión económica. En los países industrializados, especialmente en Estados Unidos, la crisis provocó que las condiciones de vida se volvieran muy adversas para los desempleados, los grupos sociales marginados, algunos trabajadores de mayor edad, y cada vez más, para los trabajadores más jóvenes. Las escuelas y oficinas en EEUU tuvieron que cerrar a menudo para ahorrar el combustible de la calefacción, y las fábricas tuvieron que reducir la producción y despedir trabajadores. En Francia, la crisis del petróleo puso fin al período conocido como Trente Glorieuses, los últimos 30 años de alto crecimiento económico, y comenzaron los años de desempleo permanente. El embargo no fue uniforme en toda Europa. De los nueve miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE), Holanda se enfrentó a un embargo total por su apoyo a Israel, el Reino Unido y Francia mantenían prácticamente el mismo abastecimiento (por haberse negado a permitir a Estados Unidos utilizar sus aeródromos y haber establecido un embargo de armas y suministros tanto para los árabes como para los israelíes), mientras que los otros seis se enfrentaban a recortes parciales. El Reino Unido ha sido tradicionalmente un aliado de Israel. De hecho, el gobierno de Harold Wilson había apoyado a los israelíes durante la Guerra de los Seis Días, pero su sucesor, Edward Heath, había modificado esta política en 1970, pidiendo a Israel que volviera a sus fronteras previas a la guerra de 1967. Los miembros de la CEE no habían conseguido establecer una política común durante el primer mes de la Guerra de Yom Kippur. Sin embargo, emitieron una declaración el 6 de noviembre, una vez que el embargo y el aumento del precio ya habían comenzado; esta declaración, interpretada como pro-árabe, apoyaba la línea franco-británica, y así la OPEP levantó el embargo a todos los miembros de la CEE. La subida de los precios tuvo un impacto mucho mayor que el embargo en Europa, especialmente en el Reino Unido (donde esta circunstancia se sumó a la huelga de los mineros del carbón a causa una crisis energética durante el invierno de 1973-74, un factor importante en el cambio de gobierno). A pesar de ser también un objetivo del embargo, Japón superó especialmente bien las secuelas de la crisis energética mundial de los años '70 en comparación con otros países desarrollados e importadores de petróleo. Los fabricantes de automóviles japoneses lideraron la revolución en este sector. Los grandes automóviles de los años '50 y '60 se sustituyeron por vehículos mucho más compactos y eficientes desde un punto de vista energético. Por otra parte, en Japón había ciudades con una densidad muy alta de población y por tanto con unos transportes públicos muy desarrollados.
Unos meses más tarde amainó la crisis. El embargo se levantó en marzo de 1974 después de las negociaciones de la Cumbre Petrolífera de Washington, pero los efectos de la crisis energética se notaron durante toda la década de los 1970. El precio de la energía continuó aumentando el año siguiente, en consonancia con el debilitamiento del dólar en los mercados mundiales. Control de precios y racionamiento
La crisis se agravó aún más a causa del control de los precios en Estados Unidos, que limitó el precio del "petróleo antiguo" (ya descubierto), mientras permitía que el petróleo recién descubierto pudiera ser vendido a un precio más elevado, lo que supuso una retirada del petróleo antiguo del mercado y una escasez artificial. El objetivo era promover las prospecciones petrolíferas. Esta escasez llevó al racionamiento de gasolina (que también se produjo en muchos otros países). Los automovilistas se enfrentaron a largas colas en las gasolineras. En Estados Unidos, los conductores de vehículos cuyas matrículas acabaran en número impar (o matrículas personalizadas) fueron autorizados a adquirir carburante sólo en los días impares del mes, y la misma norma se aplicó a los propietarios de vehículos con matrículas pares. Eso sí, a excepción del día 31 de los meses de 31 días, o el 29 de febrero en los años bisiestos, si bien éste último día nunca se aplicó la norma, ya que las restricciones habían sido eliminadas en 1976. En algunos estados de Estados Unidos se utilizaron carteles y banderas de tres colores diferentes para indicar la disponibilidad de gasolina en las estaciones de servicio. Una bandera verde indicaba venta ilimitada de gasolina. Una bandera amarilla denotaba restricciones y racionamiento. Una bandera roja indicaba que no se disponía de gasolina, pero la estación de servicio estaba abierta para otros servicios.
Los cupones de racionamiento de gasolina fueron encargados en 1974 y 1975 para la Administración Federal de Energía, pero nunca fueron realmente utilizados durante esta crisis o la de 1979.